En días recientes, se registró un caso de violencia sexual que conmovió a gran parte de los bogotanos. El caso es el de Rosa Elvira Cely, ocurrido en el parque nacional de la capital. Debido a las características de este hecho violento, sucedido en una zona urbana como Bogotá, denunciado por la víctima y de tremenda crudeza, se generó un cubrimiento de los medios masivos de comunicación. Esto a su vez se tradujo en un repudio generalizado desde la sociedad civil que se manifestó en un llamado a una protesta en contra de la violencia sexual contra la mujer.

Este tipo de manifestaciones se revisten de importancia en la medida en que la sociedad demuestra su rechazo frente a un tipo específico de violencia. Sin embargo, este no es el único caso de violencia sexual contra la mujer en el país, pero sí es uno de los que ha logrado llegar a la agenda pública y generar una visibilización de esta violencia. Gran mayoría de eventos de violencia sexual no llegan a la agenda de los medios de comunicación.

Este bajo cubrimiento de los demás hechos de violencia sexual contra la mujer se explica por las características de este tipo de violencia. Esto es, por el tipo de afectación que genera en la víctima y por ser un tipo de violencia que afecta la intimidad de las mujeres.

Sin embargo, debido a esfuerzos investigativos, ahora conocemos algunos hechos que visibilizan este tipo de violencia. A manera de ejemplo, podemos mencionar el informe de el Grupo de Memoria Histórica sobre la masacre de El Salado y las recientes investigaciones de la Fiscalía contra bandas criminales por este tipo de violencia. El bajo cubrimiento mediático que tienen este tipo de hechos, puede explicarse porque se enmarcan en el conflicto armado y porque, en su mayoría, ocurren en zonas periféricas y rurales.

Vale la pena resaltar que, a pesar de que estos eventos violentos fueron conocidos tras ejercicios retrospectivos, no generaron una indignación en la población de la magnitud de la que generó el hecho ocurrido en la ciudad de Bogotá el pasado 23 de mayo. En tal sentido, es necesario que todos estos hechos de violencia, sin distinción alguna, cuenten con más observadores y que se produzcan análisis sobre los mismos con el objetivo de visibilizar esta manifestación de la violencia y así, generar un repudio generalizado por este tipo de hechos y reducirlos independientemente de dónde ocurran.

 

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