El presidente Juan Manuel Santos anunció que el próximo 29 de agosto a las 00:00 horas, iniciará un cese el fuego por parte del Gobierno en contra de las FARC.

Si bien, esta medida amplía los acuerdos de desescalamiento entre las FARC y el Gobierno, no supone que el 29 de agosto sea el día D, en tanto que este anuncio del Presidente no implica el inicio de las labores del MM&V, ni tampoco inicia la dejación de armas por parte de las FARC. Igualmente no se puede considerar que este sea un cese bilateral, debido a que no es un acuerdo entre las partes. El cese el fuego bilateral y verificable, sólo se alcanzará el día D como está previsto en los acuerdos.

El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, indicó que “que el cese el fuego será monitoreado por Naciones Unidas y espera una acción recíproca por parte de las FARC, con una orden a sus frentes y filas”, aclarando que la instrucción del Presidente es “cesar acciones contra quienes actúan en el mismo sentido, mientras que para quienes sigan cometiendo acciones delincuenciales, habrá un combate frontal”.

Las FARC anunciaron un cese unilateral el 8 de julio de 2015, el cual inició el 20 de julio del mismo año; pese a que inicialmente tendría una duración de un mes, este cese ha perdurado hasta la fecha.

El 12 de julio de 2015 ambas partes anunciaron un acuerdo de desescalamiento, incluyendo compromisos del Gobierno de reducir las acciones militares contra las FARC, como la suspensión de bombardeos aéreos a campamentos de las FARC, ordenada por el Presidente el 25 de julio de 2015. El balance del monitoreo del cumplimiento de estas medidas se encuentra aquí.

Esta decisión es consecuente con el anuncio de la finalización de las negociaciones en La Habana. Después de que las partes dieran a conocer el texto completo y definitivo del “Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera”, las operaciones militares en contra de las FARC no serían congruentes, pues no servirían ni para avanzar la agenda de negociación -ya terminada- ni tampoco para someter bajo la fuerza a esta guerrilla.

Finalmente, se confirma que existe una situación de cese unilateral mutuo y recíproco, el cual es definitivo por el lado del Estado e indefinido del lado de las FARC.

 

La reducción de riesgos

El inicio de un cese unilateral por parte del Gobierno, reduce el riesgo importante de la ocurrencia de hechos fortuitos de fuego entre las FARC y el Gobierno que podría afectar el Acuerdo y su implementación. De hecho, durante los 13 meses de implementación de las medidas bilaterales de desescalamiento del conflicto, CERAC ha registrado 21 combates entre las FARC y la Fuerza Pública, de los cuales no se conoce el grupo que tuvo la iniciativa en el enfrentamiento.

Además esta medida permite que se pueda cumplir con uno de los requerimientos de la Corte Constitucional para la realización del plebiscito, la cual ordena que haya un cese de hostilidades entre las partes, con el fin de no coaccionar al electorado en la decisión de voto.

También remueve un riesgo para la fase de planeamiento del MM&V, y facilita la preconcentración de los guerrilleros en su desplazamiento hacia las Zonas Veredales Transitorias de Normalización.

Ruptura en las FARC desata su decantamiento: una facción del Frente Primero de las FARC le dice “no” al proceso de paz

Mediante un comunicado, el Frente Primero “Armando Ríos” señaló que “Hemos decidido no desmovilizarnos, continuaremos la lucha por la toma del poder por el pueblo y para el pueblo; independientemente de la decisión que tomen el resto de integrantes de la organización guerrillera. Respetamos la decisión de quienes desistan de la lucha armada, dejen las armas y se reincorporen a la vida civil, no los consideramos nuestros enemigos”.

Las FARC respondieron, aclarando que sólo “algunos ex integrantes del Frente Primero expresan su decisión de marginarse del proceso de paz”. Se trataría de un “sector de mandos y combatientes del Primer Frente que decidió renegar de sus principios, apela a argumentaciones ideológicas y políticas a fin de ocultar la evidente influencia de intereses económicos opuestos a la terminación del conflicto”.

Las FARC también aclara que “El actual comandante del Frente Primero de las FARC-EP, Armando Ríos, es el comandante Gentil Duarte, quien hasta hace poco hizo parte de la Delegación de Paz de las FARC-EP. Él y su Estado Mayor se hallan en el área del Guaviare, en cumplimiento de las tareas trazadas por Dirección Nacional de las FARC-EP, de conformidad con lo pactado en la Mesa de La Habana”.

Así se desmiente información de prensa que señalaba a Néstor Gregorio Vera Fernández, alias Iván Mordisco, como jefe de este Frente. Sin embargo, no especificaron quiénes lideran este sector disidente, ni qué tanto la base de este Frente se ha unido a la disidencia.

El presidente Santos afirmó: “Permítanme aprovechar aquí desde El Retorno, desde el Guaviare, para darles un mensaje a esas personas del Frente Primero que tienen dudas. No lo duden. Acójanse a este proceso, porque será su última oportunidad (…), cualquiera que tenga alguna duda, que mejor la deje a un lado y se acojan. Porque de otra forma terminarán -se los aseguro- en una tumba o en una cárcel”.

Las FARC formalizaron su ruptura con este sector disidente del Frente Primero, al afirmar que “Si los mandos y combatientes involucrados tienen el deseo de lanzarse a una aventura incierta, les corresponde hacerlo tomando un nombre distinto al de las verdaderas estructuras de las FARC-EP… Declararse al margen de la Dirección pone por tanto a quien lo hace por fuera de las FARC-EP, no puede usar su nombre, armas y bienes con ningún propósito”.

 

¿Qué es el Frente Primero de las FARC?

El Frente Primero hace presencia violenta en los departamentos de Guaviare y Vaupés, en zonas de tipo selvático y semi selvático distantes y poco pobladas, lejos de centros poblados, donde explotan rentas ilegales derivadas de la extracción de minerales de tierra (como el coltán) y el oro y de la imposición de cargas a cultivos de uso ilícito y procesamiento de coca.

 

Zonas de presencia Frente 1 Farc

 

Antes del año 2000 era un frente fuertemente ligado al procesamiento de droga, tanto así que es el único frente de las FARC que ha tenido involucramiento directo con organizaciones transnacionales de cocaína. De hecho, fue el primer frente de las FARC que explotó rentas de cultivos de uso ilícito que intercambiaba por armas, convirtiéndose en proveedor de base de coca a grupos criminales del Brasil. Sobre esta base, éste y otros frentes de la región construyeron una alianza con Luiz Fernando da Costa, alias ‘Fernandinho Beira-Mar’. Sin embargo, este Bloque ha sido atacado por la Fuerza Pública desde finales de los noventa y en contra de varios de sus jefes se han desarrollado exitosas operaciones militares. Es poco probable que tales alianzas estén en pie hoy en día.

Durante toda la década de los noventa este frente fue militarmente fuerte, prueba de ello es su participación en las tomas de Miraflores, Guaviare, el 3 de agosto de 1998; y del municipio de Mitú, Vaupés, el 1 de noviembre de 1998.

Si bien, es un frente histórico que tuvo gran capacidad, actualmente está debilitado: durante los últimos años ha realizado un número menor de acciones comparado con otros frentes de igual número de años de fundado. Además, se encuentra bajo fuerte presión militar de grupos de crimen, e incluso disputando rentas en ciertas zonas con el grupo armado organizado “los Puntilleros”.

Este grupo no ha desarrollado campañas militares recientes ni se ha enfrentado a grupos de crimen organizado, que hayan resultado en combates o victorias a su favor.

Las últimas acciones violentas en las que participaron guerrilleros del frente primero son de hecho acciones que ocurrieron todas durante períodos de suspensión de los ceses unilaterales de las FARC, mostrando que hasta este momento, el frente se ha plegado a las órdenes operacionales de las FARC:

  • 20 noviembre 2014: combate contra la Fuerza Pública en Miraflores, Guaviare; no se reportaron víctimas.
  • 22 marzo 2015: combate contra la Fuerza Pública en Calamar, Guaviare; un soldado muerto, tres soldados heridos.
  • 7 junio 2015: hostigamiento a base militar en Miraflores, Guaviare; no se reportaron víctimas.
  • 11 junio 2015: incursión y explosión intencional en Calamar, Guaviare; cuatro civiles heridos.

Tal control del frente por parte del Secretariado de las FARC también se evidencia en el hecho que no se cuenta con reportes de acciones ofensivas durante el período de desescalamiento bilateral; y se cuenta con una sola acción violatoria durante los anteriores ceses unilaterales. En esta acción integrantes de este frente hostigaron al Ejército en zona rural de Calamar, Guaviare, -el 23 de marzo de 2015- causando la muerte de un soldado y heridas a otros tres más.

 

La ruptura:

Esta ruptura no es inesperada: en diversos análisis previos, advertimos que al completarse la negociación, diferentes frentes de las FARC podrían tomar una decisión de dejar el proceso.

De hecho, durante los casi cuatro años que ha durado la negociación, esta guerrilla logró una mayor cohesión y un creciente mando y control de sus unidades. Este sorprendente resultado, que garantiza un mejor posconflicto, supone que al final del acuerdo, cualquier disidencia pública, por anunciada que esté, adquiera mayor notoriedad.

Es una ruptura, pues del comunicado mencionado se colige que quienes estén en disidencia son expulsados inmediatamente de la guerrilla. Es notorio que la guerrilla misma los criminaliza negándoles los argumentos políticos que arguyen los disidentes.

Esta ruptura supone que el desarme y desmovilización, aún si este es el único caso de disidencia, no será completo. Por ello, es urgente que exista una respuesta rápida y contundente por parte de la fuerza pública en contra de estos disidentes, una vez estén claramente identificados y se sepa el alcance de la disidencia.

Es poco probable que, dado el avanzado estado del proceso, las FARC realicen acciones violentas en contra de los disidentes. Es más probable que, a través de mecanismos no directos, sí hagan conocer del gobierno información que puede servir para operaciones militares y policivas en contra de estos grupos.

 

Decantamiento: acuerdos de paz de una sola talla

No todos los frentes de las FARC encontrarán que los acuerdos logrados en La Habana -una vez finalizados- les puedan servir: la transacción que hacen los frentes, supone recibir beneficios jurídicos a través de la justicia transicional y contar con la posibilidad de hacer política. Para aquellos grupos que no tengan procesos judiciales contundentes en su contra ni tengan alta viabilidad política, los acuerdos logrados en la Habana no serán de interés, conduciendo a disidencias.

Si bien los acuerdos de participación política buscan dar una representación adicional en zonas afectadas por el conflicto, buscando hacer más atractiva la oferta de participación política, es poco probable que en zonas como el Guaviare se incluya una circunscripción especial de paz que llegue a ser ganada por las FARC, dada la animadversión generalizada hacia las FARC en estos territorios.

Así, si se pliegan al proceso, tendrán mucho que perder al dejar de percibir el dinero de las fuentes de rentas ilegales con las que se financian, y muy poco por ganar, pues no hay suficiente población, ni tienen su apoyo político.

 

Los riesgos de esta disidencia

La presencia violenta de este frente disidente en el municipio de San José del Guaviare, donde operarán dos zonas veredales de transición y normalización (ZVTN), también es un riesgo para la seguridad de los guerrilleros concentrados y los civiles que allí habitan. Es posible que este grupo continúe extorsionando y participando en actividades de crimen organizado, lo cual deteriorará la implementación del cese bilateral.

El incremento de previsibles operaciones militares en contra de este sector disidente también puede dificultar la movilización de tropas guerrilleras hacia las mencionadas ZVTN, así como puede deteriorar las condiciones de seguridad en el departamento: combates entre la Fuerza Pública y este Frente, bombardeos aéreos y operaciones militares terrestres, así como hostigamientos y emboscadas por parte de este grupo, podrían generar un riesgo humanitario para los pueblos indígenas y demás habitantes de la zona.

Hay que recordar que este y otros frentes han sido responsables de desplazamientos forzados, reclutamientos forzosos, toma de bienes, entre otras acciones violentas contra pueblos indígenas en la región, incluso forzando la sedentarización de pueblos nómadas como los Nukak-Makú.

En el mediano plazo, y pese a estar en una posible disputa con Los Puntilleros, no se descarta una alianza táctica entre ambos grupos para soportar la ofensiva militar en el territorio y mantener la explotación de rentas ilegales en la zona. Es también previsible una mayor criminalización de este sector disidente y una radicalización de algunos de sus combatientes. No se descarta por ello acciones de corte terrorista en los principales centros poblados del Guaviare (como San José del Guaviare o Miraflores).

 

Otras regiones del país con riesgos de disidencia

Otros frentes que presentan características similares (ubicación en zonas geográficas distantes y despobladas, y explotación de rentas ilegales), y que podrían representar un riesgo de una posible disidencia son:

  • Frente 57: hace presencia en municipios del Urabá antioqueño y chocoano, principalmente en zonas limítrofes con Panamá.
  • Frente 16: hace presencia violenta en municipios de los departamentos de Vichada y Guainía.
  • Frente 7: hace presencia en municipios del departamentos del Meta limítrofes con Cundinamarca.
  • Frente 44: hace presencia en municipios del Meta que son limítrofes con el departamento del Guaviare.

El Personero del municipio de El Retorno, Cristian Barbosa, afirmó que además del frente primero, el frente séptimo optaría por no desmovilizarse. Sin embargo, el Personero aclaró que no hay un comunicado oficial de este grupo al respecto, sino que “Lo que se sabe es que están reuniendo a las gentes y les están diciendo que no se van a desvincular. En la vereda La Paz también se han reunido los del frente primero con representantes del séptimo”.

 

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