Colombia está perdiendo el Pacífico.
No se trata sólo de que hoy día esta amplia y rica región concentre los mayores niveles de violencia de Colombia.
Se trata, más bien, de que aún no sabemos cómo afrontar la mayor incidencia del conflicto armado, de la criminalidad organizada y la inseguridad a la que hoy está expuesta.
Manteniendo el nivel de aislamiento en el que se encuentra y negándole la protección que su población requiere, estamos perdiendo oportunidades únicas para el desarrollo de todo el país.
Los colombianos poco conocemos lo que allí pasa.Y si lo conocemos, lo conocemos tarde. Basta con considerar lo que ha sucedido en los últimos días:
- El paro armado en curso, a causa de las amenazas de las FARC en gran parte del Chocó.
- Un ataque en Timbiquí y un petardo en Guapi, todas poblaciones caucanas del Pacífico.
- Al sur de Buenaventura se mantuvo por meses un casi-paro de cabotaje que aísló, y encareció el consumo en la región
- En Nuquí, uno de los pocos polos turísticos, la aerolínea ADA ha dejado de volar, por la ausencia de garantías de seguridad, tras el estallido de una bomba.
- A Guapi, Satena dejó de volar desde Bogotá y Popayán e incrementó sus precios y