Desde que se inició la discusión sobre el punto dos de la agenda de negociación entre el gobierno y las Farc sobre Participación política, el grupo guerrillero ha insistido en una asamblea nacional constituyente como el mecanismos para refrendar los acuerdos.
Por su parte, el gobierno ha expresado su desacuerdo frente a dicho mecanismo y ha propuesto explorar otros tales como un referendo.
Ayer, tras el anuncio del gobierno de presentar un proyecto de Ley que permita realizar un referendo al mismo tiempo que otros procesos electorales, se empieza a abrir la posibilidad de aplicar el mecanismo de refrendación de preferencia para el gobierno.
Ante esto, hoy las Farc, de manera unilateral, decidieron hacer una pausa en la discusión del punto 2 de la agenda de negociación, para analizar las consecuencia del proyecto de Ley propuesto por el gobierno, el cual impone un plazo a las partes para llegar a un acuerdo y que va en contravía de una de la propuesta de la refrendación a través de una asamblea nacional constituyente.
Si bien es natural que las Farc se tomen un tiempo para analizar esta posibilidad, vale la pena resaltar que es sólo eso, una posibilidad. El gobierno, con el proyecto de Ley, busca que el referendo sea una posibilidad para la refrendación de los acuerdos. La aplicación de este mecanismo no es una decisión tomada.
De igual forma, deberían las Farc aprovechar este tiempo para analizar la viabilidad de los dos posibles mecanismos de refrendación de los acuerdos y evaluar los riesgos y bondades de cada uno de ellos.
Por el momento, vale la pena señalar que, al no estar discutiendo en la mesa de negociaciones reformas estructurales al marco institucional del país, la asamblea nacional constituyente no sería el mecanismo idóneo para refrendar los acuerdos.
Además, este mecanismo abriría la puerta para que sectores que se oponen a los diálogos reversen algunos de los acuerdos alcanzados en la mesa.
Sin embargo, dedicar un tiempo prolongado a analizar las implicaciones de la propuesta, puede ir en contravía de los plazos impuestos, no tanto por el gobierno, sino por la dinámica electoral, y terminar afectando la posibilidad de alcanzar acuerdos y de su posterior refrendación.
Es por esto que, de la manera como las Farc asuman el análisis de esta propuesta, dependerá si esto se convierte en un palo en la rueda para las negociaciones o si por el contrario, permite definir un mecanismo de refrendación que sea viable, que imponga los menores riesgos para los acuerdos y que logre dinamizar el proceso de diálogo.