Publicado en Octubre 3 de 2013 en RcnRadio.com

El primer informe sobre el estado de las conversaciones de paz, escrito por la delegación de las Farc, podría ser considerado como el paso más esperanzador y estratégico que da esta guerrilla hacia la terminación definitiva del conflicto armado desde el inicio de las negociaciones.

En este comunicado, se observan cuatro elementos que indican que las Farc negociando en la Habana distan mucho de ser las Farc que negociaron fallidamente en Casa Verde (durante el gobierno de Belisario Betancur), Caracas (durante el gobierno de César Gaviria) y el Caguán (durante el gobierno de Andrés Pastrana):

Las razones para estimar que las Farc cuentan en este momento con una mayor voluntad de firmar un acuerdo de paz son las siguientes:

  1. Las Farc pasaron de señales agresivas a mensajes conciliadores frente a la contraparte: Iniciaron los diálogos afirmando con vehemencia que no querían un proceso  de  paz exprés, e incluso, meses después, introdujeron arbitrariamente una pausa de tres días a las negociaciones de paz. En este comunicado, al contrario, las Farc por primera  vez  en su historia, reconocen que un gobierno “tiene voluntad para avanzar en el diálogo”, pues en procesos anteriores como Casa Verde y el Caguán, los comandantes farianos argumentaron que el gobierno no tenía “verdadera voluntad política para acabar con el conflicto social y armado” porque “mientras se sentaban en una mesa aquí, en otro lado auspiciaban o eran cómplices de los grupos paramilitares”.  En ese sentido, que las Farc le reconozcan esta bondad al gobierno es muy importante para el futuro de los diálogos.
  2. Las Farc por primera vez en su historia hablan de culpa y ofrecen contrición. Por ejemplo, al inicio de las conversaciones -incluso en los acercamientos preliminares en Oslo-, las Farc no habían integrado en su repertorio discursivo la palabra “contrición”, “culpa” o “perdón”. De hecho, en entrevista con María Jimena Duzán, Pablo Catatumbo nunca expresó directamente que fueran a pedir perdón, ya que ellos eran víctimas y que cada combatiente de las Farc tenía una historia de horror por contar. Cuando Duzán lo increpó por el caso de los diputados del Valle, Catatumbo se limitó a decir que “en su momento abordarían el asunto como organización”.

    Muy diferente es la actitud que manifiestan las Farc con las víctimas en este comunicado, pues 
    por primera vez hablaron sobre la necesidad de que haya un “acto de contrición de todos” (refiriéndose a cada uno de los grupos armados que han victimiz ado civiles, incluidos ellos como guerrilla). Esta sería sin duda, la antesala discursiva para que las Farc pidan perdón a sus víctimas. De hecho, plantean mecanismos para la realiz ación y participación en tal ejercicio público de perdón.
  3. Las Farc dejan de plantear modelos constitucionales sustitutos de Estado y de gobierno en sus propuestas. Históricamente, las Farc han discrepado ideológicamente de la formación del Estado y los modelos de desarrollo económicos implementados por la “oligarquía santafereña” materializados en el régimen constitucional. Por primera vez en su historia, jefes del Secretariado escriben que están uscando “encontrar puntos de coincidencia” entre el “enfoque de la insurgencia” y el “enfoque neoliberal”. Que lo hagan es sorprendente porque aceptan que se puede construir un modelo de país incluyente en términos de régimen constitucional- y no ex clusivamente ajustado a su modelo de Estado, economía y sociedad, y que pueda tener en cuenta las creencias de las élites políticas y económicas que confían en las bondades de la economía de mercado.
  4. Las Farc están cumpliendo reglas de juego. Uno de los rasgos que definen a la mentalidad insurgente, es la actitud permanente de rebeldía y abierto rechazo a lo acordado. Las palabras “orden” y “legalidad” son interpretados por ellos, como la forma institucional y burocrática de los ricos para mantener subordinados a los pobres. A pesar de que en su discurso fundacional y en sus idearios políticos permanece intacta esta idea de la rebeldía como causa de la transformación política; los delegados de las Farc están respetando el principio de confidencialidad, lo que revela que las Farc sí son capaces de cumplir reglas de juego.

Así, en el comunicado sostienen que no están revelando información sobre “las discusiones de la mesa”, sino sobre “los resultados alcanz ados” para que de “manera responsable puedan entregar elementos de juicio a la ciudadanía”. El hecho de que la mitad del comunicado se lo hayan dedicado a discutir sobre las salvedades del primer punto del acuerdo (sobre desarrollo agrario integral) muestra que es cierto que están respetando los principios básicos de confianz a entre las partes. De hecho, los puntos no acordados que son revelados en el comunicado, en esa materia agrícola, no son puntos constitucionales, sino que hacen referencia a la escala de
las reformas -el tamaño del latifundio y los programas de redistribución y acceso a tierras- y los mecanismos para lograrlos.

También positiva es la revelación de que se ha discutido sobre todos los demás puntos de la agenda, un asunto no menor, pues supone que los mecanismos y procedimientos de las mesas han permitido el paralelismo rompiendo el esquema secuencial que imperó hasta hace poco.

Aunque existen varios temas en la agenda que están irresueltos -como el marco jurídico para la paz y los mecanismos de refrendación del acuerdo-, es probable que, con este giro de las FARC, la probabilidad de que el proceso de paz llegue a buen puerto sea mayor.

Que la sociedad civil y los medios de comunicación reconozcamos esto, sería fundamental para mostrarles a las Farc y al gobierno, que un incumplimiento por algunas de las partes sería fuertemente castigado.

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