Por:

Manuel Moscoso

Tanto en la academia como en el debate público existen posiciones encontradas referentes al control,  porte y tenencia de armas de fuego. Cada vez que un alcalde o un gobernador sugieren la suspensión, surgen posiciones divergentes que en su mayoría terminan avalando, sin la suficiente evidencia, la no suspensión al porte de armas de fuego.

En todos los años la historia se repite, los gobiernos locales que ven acrecentados los niveles de inseguridad, sugieren la implementación de mecanismos que pretenden mitigar la actividad delincuencial. Pero, ¿por qué continúa la percepción de la ineficacia de una suspensión al porte y tenencia de armas de fuego en términos de reducción de la violencia? ¿No existe suficiente evidencia para considerar como efectiva la medida en las principales ciudades de Colombia? A continuación expongo evidencia que afirma y sustenta la eficiencia de la medida.

En primer lugar, a finales del 2009, el Gobierno nacional junto con la policía nacional, promovieron en todos los departamentos la suspensión al porte y tenencia de armas de fuego, durante un mes -7 de diciembre a 7 de enero del 2010-. Pese al esfuerzo del Gobierno, la suspensión sólo fue adoptada por 18 de los 32 departamentos. Una investigación elaborada por investigadores de Cerac y la Universidad Javeriana, han corroborado la efectividad de la medida. Los departamentos que implementaron la medida presentaron en promedio una reducción de 8 homicidios por departamento y 11 registros de personas con lesiones personales atribuidas directamente al uso de armas de fuego.

Un segundo ejemplo se dio en ocasión al Foro Económico Mundial realizado en Cartagena. En determinadas zonas urbanas y rurales del departamento de Bolívar, se suspendieron durante el segundo trimestre del 2010 el porte y tenencia de armas de fuego. Durante el periodo de la suspensión, en la ciudad de Cartagena, los homicidios presentaron una caída respecto al mismo periodo del 2009 y el primer trimestre del 2010, del orden del 23%. Si bien no es posible atribuir de manera directa toda la reducción de homicidios a la suspensión al porte de armas, dado la posible explicación por factores externos–un posible incremento en el pie de fuerza-, es posible afirmar que la suspensión estuvo acompañada de una reducción en el registro de homicidios.

Pese a la evidencia de la efectividad de esta medida, es necesario realizar una acotación. A medida que transcurre toda suspensión al porte y tenencia de armas de fuego, el efecto se diluye con el paso del tiempo. Es decir, los criminales adoptan nuevas formas de movilización de armas de fuego, que generan nuevos canales para la comisión de actos delictivos.

Frente a estas evidencias y pese a esta última acotación, los mandatarios locales y las autoridades nacionales en aras de mitigar una porción de la creciente actividad criminal, deben promover de manera reiterativa, la idea de la efectividad de las suspensiones al porte y tenencias de armas de fuego. Así sea por diferentes periodos restrictivos durante el año, la necesidad de la aplicación de este tipo de medidas redunda en la obligación de los gobiernos locales de proveer seguridad a los ciudadanos.

Artículo publicado en el periódico elpais de Cali el 10 de Mayo de 2011

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