Las pasadas elecciones presidenciales en Venezuela han sido controversiales; evidenciando una marcada polarización en dos bandos políticos. La no aceptación de los resultados por parte de la oposición, las denuncias de fraude electoral y los resultados tan cerrados, plantean un panorama diferente al que se venía observando en los últimos períodos de la historia política venezolana.

La legitimidad del presidente electo, Nicolás Maduro, se ha puesto en duda por un sector representativo de la población ocasionando posibles dificultades en el mantenimiento del orden público. Un estallido de violencia podría ser evitado si se implementan mecanismos democráticos pertinentes para solucionar la crisis política que vive el país, sin embargo esta salida se ve amenazada por la debilidad institucional de la democracia venezolana.

Lo mencionado anteriormente plantearía dos posibles escenarios. El primero sería el de una salida violenta, en el cual la polarización social escale el conflicto a tal punto que se puedan detonar enfrentamientos de los dos bandos. El segundo, por su parte, se alcanzaría si se implementan los mecanismos democráticos, lo cual garantizaría a los ciudadanos transparencia y confianza en los resultados, solucionando las dudas que se presentaron por los comicios.

Implicaciones del escenario violento

El estallido de violencia implicaría mayor desprestigio para el gobierno de Maduro. Una solución a corto plazo, que le permitiría al oficialismo quedarse en el poder, sería la de estar obligado a reprimir manifestaciones violentas para garantizar el orden público; sin embargo en el largo plazo esto contribuye a aumentar la desconfianza de la población y por ende, debilita las bases sobre las cuales el actual presidente resultó electo.

Para la oposición este escenario tampoco tiene grandes ventajas, principalmente porque no cuenta con la influencia y el poder necesario para controlar la cúpula militar y los entes de la fuerza pública. Igualmente un estallido de violencia deslegitimaría el avance alcanzado hasta ahora por la oposición, debido a que si bien se ponen en duda los resultados de las elecciones, no se puede negar que la porción de simpatizantes del chavismo sigue siendo representativa.

Para ambos bandos la salida violenta no generaría un clima de estabilidad, sino que prolongaría la crisis.

Implicaciones del escenario democrático

El segundo escenario resultaría más difícil de alcanzar. A pesar de que sus resultados podrían generar una mayor estabilidad, la democracia venezolana se ha caracterizado en los últimos años por su debilidad, más allá de cuestionar su carácter ideológico; sus instituciones han presentado falencias como el desequilibrio de la representación en los diversos órganos de los poderes públicos, al igual que falta de independencia entre las ramas del poder.

Ante estos desequilibrios la oposición se enfrenta a la posibilidad de que los mecanismos que ha buscado activar, como las auditorías del material electoral y las imputaciones judiciales, no tengan buen resultado. Sin embargo, este escenario  produciría a largo plazo el resultado esperado. Con las diferentes denuncias, la oposición venezolana ha conseguido evidenciar las falencias institucionales, lo que ha evitado que el gobierno pueda simplemente reprimir sino que ve obligado a ceder lentamente. El oficialismo por su lado, a través de las instituciones democráticas, podría recuperar la confianza perdida si logra demostrar que efectivamente ganó de forma legítima.

Evitar la violencia es un reto, tanto para el presidente Maduro como para el excandidato Henrique Capriles. Los atropellos y las negativas que se han venido presentando en los últimos días por parte de las instituciones y los funcionarios del Estado venezolano hacen más factible que Venezuela avance hacia el primer escenario planteado. Esto sumado a los problemas socioeconómicos que día a día afectan a toda la población, generaría que el descontento de los seguidores de Capriles y la amenaza que siente los simpatizantes de Maduro pueda terminar en un enfrentamiento civil.

Cabe la posibilidad de que esta pueda ser la situación detonante de violencia entre la población civil, que se gesta desde tiempo atrás previo a la muerte de Chávez. ¿Será que continúa la latencia de un conflicto que amenaza con explotar tarde o temprano, o tendrá la oposición el liderazgo suficiente para generar una solución democrática?

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