Publicado en ElEspectador.com

Diferentes analistas y medios de comunicación, se han puesto en la tarea de avizorar el futuro político de Venezuela después de la muerte de Chávez.

Todos ellos, en últimas se preguntan si habrá chavismo sin Chávez, y se preocupan de qué tan pacífica pueda ser la transición.

Hacer una predicción de este estilo es bastante difícil por las diferentes variables y condiciones que están presentes en el contexto nacional e internacional.

Sin embargo, se prevé que la transición política sea pacífica con un chavismo unido ante la opinión pública pero dividido internamente entre el ala militar y el ala civil del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

La unión del chavismo ante la opinión pública, se constata por el apoyo que le ha dado el ministro de relaciones exteriores Elías Jaua -de origen civil-, el ministro de defensa Diego Molero -de origen militar-, y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello a la candidatura única del vicepresidente Nicolás Maduro.

Los sectores cívicos y militares del PSUV han apoyado a Maduro por temor al castigo político que puedan recibir de los electores chavistas, en caso de que desconozcan o no cumplan la voluntad manifiesta de Chávez en la “cadena” del 8 de diciembre.

Sin embargo, una vez el chavismo se haya alineado en torno a Maduro, y tras su probable triunfo, surgirán las divisiones internas.

En primera instancia, la situación económica obligará a replantear el modelo clásico de gobierno que se basó en la construcción de poder popular a partir de la expansión del gasto público.

El aumento del endeudamiento público en el 2011 (se estima que fue de US$135.000 millones), la alta inflación (entre el 24% y 32%), la devaluación de la moneda local (del 46%), y el agotamiento de las reservas internacionales llevarán a Maduro a tomar medidas impopulares de ajuste fiscal.

Por otra parte, Maduro a diferencia de Chávez, no representa una figura política invencible y carismática que logre subordinar para beneficio suyo, las agendas y ambiciones personales de líderes políticos con proyección nacional como el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello y el presidente de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), Rafael Ramírez.

A Diosdado Cabello lo apoyan los militares que ocupan o han ocupado cargos ministeriales durante el mandato de Chávez. El almirante Diego Molero y el diputado Pedro Carreño, son los casos más representativos.

Por su parte, el presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, ha sido el único funcionario de alto mando en el gobierno que lleva más de ocho años en el cargo. Esto cobra importancia si se tiene en cuenta que Chávez durante sus períodos de gobierno rotó frecuentemente a su equipo ministerial.

En la dirección de PDVSA, Ramírez acumuló poder político no sólo porque administraba la principal fuente de ingresos del gobierno nacional –las rentas petroleras-, sino también, porque ejecutó obras públicas que generan redes clientelistas, tales como la provisión de alimentos (PDVSA se encarga de importarlos), la construcción de carreteras y la edificación de viviendas.

En segunda instancia, la transición posibilita que se redefinan las relaciones de poder entre las élites políticas y el estamento militar.

Sin Chávez vivo y con un presidente de origen civil (Maduro) que no representa el ala militar del PSUV, se podría pensar en el mediano y largo plazo en un escenario de “despartidización” de la Fuerza Armada Nacional.

En este escenario, los sectores republicanos de las Fuerzas Militares que han sido cercanos al ex general Raúl Baduel, e incluso el actual gobernador de Zulia, Francisco Arias Cárdenas -que ha tenido relaciones cambiantes con el régimen chavista-, serán decisivos para fortalecer o debilitar el ala civil del PSUV.

En últimas, el futuro político de Venezuela depende de los acuerdos de gobernabilidad o las rupturas que surjan entre el ungido por Chávez (Maduro), el diputado y militar emblemático de Chávez (Diosdado), el tecnócrata estrella de Chávez (Ramírez) y el coronel golpista que fue amigo y enemigo de Chávez (Arias Cárdenas).

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